viernes, 15 de mayo de 2009

BITACORA DE UN LABORATORIO TAREA No. 4

LA BITACORA Diseño de Notas de Laboratorio

En diciembre de 1923 el Premio Nobel en Medicina y Fisiología se entregó para recompensar al descubrimiento de la insulina, realizado dos años antes. Sin embargo, no todos los descubridores fueron designados por el Comité para recibirlo. Sólo Frederick G. Banting y John J. R. Macleod fueron distinguidos con la nominación; no lo fue así Charles H. Best. ¿Por qué no fue reconocido Best por el Comité Nobel como codescubridor de la hormona, a pesar de haber participado en tal evento?. Simplemente porque no fue capaz de reproducir el aislamiento y caracterización del polipéptido, ya que no contaba con las notas del procedimiento que previamente había ensayado de forma positiva. Había cometido el pecado capital de cualquier profesional dedicado a la ciencia o a la tecnología.

Una de las características de “el método científico” (cualquiera que éste sea) es la reproducibilidad o posibilidad de repetición del trabajo realizado por un científico. De esta manera, cualquier colega en el mundo está en la posibilidad de confirmar los hallazgos anunciados y, finalmente, contribuir al incremento del conocimiento humano. En esto no hay mucha diferencia respecto a las artes culinarias. Siguiendo los pasos de “la receta” es posible elaborar siempre igual un mismo platillo u obtener un compuesto químico. En ambos casos, la cocina o el laboratorio químico, la receta para elaborar una “receta” reproducible es escribirla mientras se está desarrollando o inventando. Las notas deben tomarse inmediatamente para no dejar nada a la memoria (que puede fallar) en un cuaderno, libro o libreta seleccionada exclusivamente para este fin. Esto es la bitácora y, al igual que la bitácora de a bordo de un navío, debe narrar todas las experiencias que permitan reconstruir las acciones llevadas a cabo.

La bitácora es el diario de trabajo, no sólo como el diario confidencial de las adolescentes, aunque como este último, es totalmente personal. Se le podría equiparar al cepillo de dientes. Se diferencia del diario juvenil y del cepillo dental por el hecho de que se elabora simultáneamente a la experiencia y porque debe estar totalmente al alcance de los colegas y compañeros de trabajo para su lectura y consulta (lo que sería inaudito en el caso del diario de una quinceañera). Además, ya sea que se esté trabajando en un laboratorio o en el campo, siempre se debe tener a la mano la bitácora personal.

Selección de Materiales

Cuaderno de notas

La bitácora es el diario de trabajo y debe llevarse consigo al lugar de labores. Por lo tanto, es de suponer que se le dará un uso constante y, tal vez, agitado y rudo. En el laboratorio se coloca sobre la mesa de trabajo, por lo que está expuesta a que se derramen sobre ella reactivos puros o soluciones de ellos; si se trabaja con fuego, puede llegar a quemarse. Si se está en el campo, se expone a otros riesgos para su integridad, más aún si se encuentra trabajando en investigación sobre sistemas acuáticos o marinos (no siempre se cuenta con un buque oceanográfico).

Es por los anteriores motivos que se requiere tener cuidado para seleccionar el mejor cuaderno, libro o libreta que vaya a fungir el papel de bitácora de trabajo. Y precisamente un aspecto importante a considerar es el tipo de papel que se usará. La regla básica es un papel resistente al razgado, poco poroso y absorbente, preferentemente blanco (sin color), ya sea rayado, cuadriculado o liso. El rayado y el cuadriculado pueden ser útiles para la organización de las notas o para la elaboración de tablas o gráficas preliminares. Es recomendable realizar pruebas de las propiedades de diferentes muestras de papel para elegir la más apropiada. Se debe probar la resistencia al razgado manual y con la punta afilada de un lápiz duro, del número 3 o mayor o de la serie H de dibujo. La porosidad y absorbencia se prueban mediante un plumín de punta fina, uno de punta gruesa y con tinta fuente, aunque ésta ya casi está fuera de uso; se debe elegir el papel que muestre el menor corrimiento o dispersión de las tintas ensayadas, pero cuya absorbencia permita la adherencia de la tinta.

Otras pruebas necesarias para escoger el papel son las de resistencia al agua y otros solventes. Debe soportar el mojado sin romperse ni desbaratarse. Además, si el papel es rayado o cuadriculado, la tinta de éstos no debe “correrse” al mojar el papel con diversos solventes. A este respecto, es importante mencionar que no existe el papel ideal, ya que las tintas de rayado y cuadriculado que no son solubles en agua suelen serlo en solventes orgánicos, como el etanol. Por otro lado, aunque hay en el mercado papel “resistente al agua”, éste suele ser soluble en solventes orgánicos. La conclusion es que se debe elegir el papel que mejor resista todas las pruebas o que salga mejor librado de ellas.

Otro aspecto a considerar es la forma o tipo de cuaderno, libro o libreta en la que se encuentra el papel elegido. Lo más común es emplear una libreta de pasta dura cosida como las usadas para la contabilidad. El tamaño suele ser totalmente al gusto del usuario; pueden ser tamaño carta, esquela, oficio u otro; de 200 o más hojas; de forma francesa o italiana. Por otra parte, hay quienes utilizan cuadernos de pasta blanda de argollas, espiral o engrapado, pero el inconveniente es que las hojas se desprenden fácilmente y esto puede ser de consecuencias negativas para el trabajo, ya que se está expuesto al extravío de notas que pueden ser importantes. Además, otra regla de oro de la bitácora es “no desprendas hojas”; por el contrario, es muy frecuente que se añadan o adhieran hojas al diario, que pueden ser gráficas milimétricas u otras ilustraciones, como fotografías o gráficas impresas por los aparatos del laboratorio. No se debe olvidar que también es importante someter a las mismas pruebas de resistencia a las pastas y a la bitácora misma. A diferencia de las hojas, debe elegirse una bitácora de pastas no absorbentes, tal vez plastificadas, que la protegerán del mojado cuando esté cerrada. Si se desea tener una identificación de primera mano sobre la pasta, puede colocarse una etiqueta con las mismas características del papel. En suma, de las propiedades de la bitácora depende en gran medida su durabilidad y vida útil, aún después de haberse usado en su totalidad.

Un formato alterno de bitácora usado que facilita la organización de las notas y la adición de hojas al diario, es la carpeta de argollas, que también puede ser de la forma y tamaño preferido por el usuario, aunque también se pueden desprender las hojas como en los cuadernos de pasta blanda; sin embargo, a diferencia de éstos, en las carpetas se tiene la posibilidad de reforzar las hojas con etiquetas ad hoc.

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